Charlie puercoespín

Charles era un gran puercoespín, que sin querer pinchaba a todo quien se le acercara. Ahora mismo, al entrar a su casa, lleva una araña y una ratita pegadas en las espinas de su espalda, con cuidado las desengancha, cura y cuida sus heridas hasta que estén sanas. En eso está cuando se entera que está invitado a la fiesta de bienvenida del nuevo vecino, Daniel ¡Está muy emocionado!, aún recuerda cuando era pequeño y feliz yendo a las fiestas de sus amigxs y vecinxs, época en la que nadie era herido por las, ahora, filosas púas que llenaban su cuerpo.
Charles buscará formas de evitar dar pinchazos por doquier. Probará cubrir sus púas con corchos, rizarlas con tubos y finalmente, cortarlas, lo que le provocará un dolor físico que se sumará al psicológico que ya padece. Así estará, hasta que Daniel se presenta inesperadamente en su casa y encuentra una solución a la dureza de sus púas, logrando así que Charles vuelva a ser el Charlie de hace un tiempo, el que disfrutaba sin herir a nadie.

Lien Liekens le dio vida a Charlie puercoespín, con una ternura y empatía que desborda a través de cada púa.
Las ilustraciones de Kris Nauwelearts no son lo que acostumbramos ver, en tonos sepias da vida a cada animal que habita el bosque y este libro, herido, pero que siempre podrá sanar.