El agujero

Detrás del gimnasio del colegio hay una gran agujero, lleno de tierra, troncos, raíces y piedras ¡Qué más perfecto! Lxs niñxs aman jugar dentro de él. Saltan, ruedan, se cuelgan, corren y escarban. Los adultos, por otro lado… ¡lo odian!. Es un lugar peligroso para lxs niñxs y cualquier día se pueden lastimar, opinan.
Lo cierto es que, nadie se ha lastimado nunca en el agujero, pero sí al salir a recreo o de colación, que más de alguno se ha dado un tropezón, aun así, se tilda el agujero como el lugar más peligroso del colegio y buscarán una solución.
Primero llega la prohibición, no se pueden acercar. Luego, viene el acercamiento, juegan y saltan en la orilla del agujero, se vuelven a divertir como nunca, lo que provoca mayor sentido de inseguridad, en los adultos. Finalmente, se tapa al agujero.
Una tristeza embarga a lxs niñxs al ver la planicie generada, se acercan a ver si queda algún rastro del agujero más divertido de todos, pero no… ¡Hay algo mejor! ¡¡Un cerro!!.

Emma Adbåge encanta, nuevamente, al ilustrar el carácter de niñxs a la perfección. En esta ocasión, con un libro lleno de diversión “a la antigua” cuando jugar con tierra estaba permitido y era lo mejor para todx niñx.