El higo más dulce

El Doctor Bibot no es piadoso, ni generoso, ni siquiera simpático. Es, simplemente, ordenado. Impecable. Una mañana, una anciana se presenta en su consulta con un terrible dolor de muelas. Pensando en ganar un poco más de dinero, el Doctor Bibot la atiende, y le saca la muela. Pero la anciana solo tiene dos higos como paga por el servicio, y ofendido, Bibot se resigna. Lo que la anciana le dijo, aunque él no lo creyese, era que estos higos, dulces y jugosos, tenían una increíble capacidad de hacer realidad los sueños. Chris Van Allsburg explota con maestría el texto breve, la fantasía y la ironía. Sus ilustraciones, cargadas de color, textura y un leve guiño de morbo, explotan en este libro la doble lectura, la persepción de expresiones que no son explícitas en el texto, y se insinúan a penas en las imágenes. Hábil para solapar lecturas, este libro no tiene edad para ser leído, pero sí para ser disfrutado.