Encender la noche

Hay pocos niños que no teman a la oscuridad. Muchos sentimos que representa el vacío, la falta, lo desconocido, una ausencia, la nada. Pero, ¿hemos pensado alguna vez, qué se enciende cuando apagamos las luces? Un niño mira, triste y solo desde su ventana, a los demás jugar, correr y reír en la noche. Pero él prefiere las linternas, las ampolletas, los faroles y los focos. Las luces amarillas, rosadas, pálidas, fuertes y tenues. Él prefiere la luz, el sol, aunque eso signifique quedarse solo. Hasta que un día, una pequeña sombra se le aparece en la ventana, luego en la puerta. Una sombra con cara de niña llamada Oscuridad que le muestra la noche como nunca antes la había visto.