Fuera del tarro de cristal

Liam tiene muchas emociones, tantas que, a veces, le juegan una mala pasada, haciéndolo sentir fuera de lugar. Por esta razón, tomó la decisión de encerrarlas en un frasco en un lugar donde no pudiera verlas nunca más. Primero fue el miedo, siguió con la tristeza, entusiasmo, soledad, decepción y la rabia, así, una a una, hasta que dejó de sentir. Un día quiso esconder su olvidada vergüenza, pero eran tantas las emociones guardadas que ya no entraban más, Liam presiono y presiono, fue tanto que de un momento a otro, todos los frascos se reventaron y las emociones se liberaron de golpe y Liam pasó a sentir cada una de ellas como nunca y, esta vez, no las suprimió, sino que comenzó a sentir y tratar de entender cada una de ellas y las dejo fluir sin rencor ni vergüenza.

Un libro enternecedor, de la ilustradora Deborah Marcero, que ya nos encantó con su primer título “Un tarro de cristal”.