¡Grita, Pablo, grita!
Pablo no podía hablar bajo, aunque lo intentara, siempre gritaba. No era un problema, ya que con el tiempo se transformó en un “solucionador de problemas”; a veces hacía de sirena, ordenaba los cursos cuando lxs profesorxs no podían asistir, destapaba cañerías. La gente del pueblo sólo le decía “¡Grita, Pablo, grita!”.
Un día, una gran roca desprendida, se dirigía a toda prisa contra el pueblo, es por esto que le dijeron “¡Grita, Pablo, grita!” y Pablo gritó hasta detener la roca, pero lo que no esperaba es que su voz también se detuviera. No podía emitir ningún sonido y todxs se sintieron defraudadxs y lo dejaron solo, todxs menos Malena, su amiga de la escuela, que día a día le llevaba un té de romero con miel y lo alentaba a salir con ella. Juntxs comienzan a disfrutar de las bondades del día a día, hasta que sin querer, a Pablo se le escapó una risa.
Detalle
Peso | 0,4 kg |
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Dimensiones | 27 × 2 × 22 cm |
Ilustradora - Ilustrador | |
Escritora - Escritor | |
Editorial | |
Cantidad de páginas | 34 |
Tipo de Tapa | Tapa dura |
Dimensiones | 22x27x2 |
ISBN | 9789878455051 |