La filarmonica se viste

Sentadxs en las butacas de un teatro, miramos al escenario y vemos trajes negros, brillantes instrumentos y un montón de caras concentradas que interpretan la partitura como sabios de alguna magia. Los músicos de la Filarmónica son, además de sabios, personas que usan calzones, calcetines de lana, que prefieren dejarse la barba despeinada, quizá, y que al salir de noche rumbo al trabajo, dejan en casa algo o alguien que los espera. Karla Kuskin y Marc Simont traducen a libro álbum la rutina de un grupo de trabajadores del arte que ha permanecido oculto y alejado de nuestro imaginario, y el resultado es este hermoso relato donde una cara más humana y verdadera de este mundo se nos revela. Ilustración y texto nos invitan, no solo a conocerlxs, sino a escucharlxs trabajar, aquí mismo, en esta ciudad, como en muchas del mundo que tienen la suerte de tener una Filarmónica.