La pregunta del elefante

A partir de entonces, y dirigidos por la hormiga, cada uno va diciendo lo que siente cuando está con su amado. Por último, el elefante agradece a todos sus aportaciones y baja corriendo la colina. La hormiga da por cerrada reunión y va a casa de la tortuga para entregarle el libro de actas. Rechaza una taza de té porque está muy ocupada y siente la punzada de la soledad.

Una historia delicada, tierna, sensible y llena de emociones que protagonizan los niños, las piedras, las estrellas, las manzanas, los osos…

La ilustradora Kaatje Vermeire da vida a estas reflexiones en voz alta sobre el amor. Sus ilustraciones son una combinación de collage y lápiz de color. Abundan los tonos pastel, salvo al final, cuando la hormiga se siente sola, que es una escena dominada por el negro. Los momentos de muchedumbre están llenos de detalles a pesar de ser planos generales. Los demás son planos medios, incluso primeros planos, y los protagonistas se muestran en actitudes cariñosas. El trabajo de esta ilustradora se va definiendo libro a libro con gran belleza, delicadeza y fuerza expresiva.