Lo que hay detrás

Lo único bueno de las puertas cerradas, es que pueden abrirse. Un niño nos habla desde su curiosidad inmensa, sobre el ejercicio de destapar verdades, objetos, respuestas en el mundo que nos rodea, y de cómo a veces las cosas que se guardan son tangibles, visibles, y otras es una idea o una canción la que permanece oculta, guardada, lista para ser descubierta por él, por ti, por quién tenga en su corazón la chispita de la curiosidad.