Lombriz y Urraca
Lombriz nunca había conocido a una Urraca tan amable, que la saludará de vuelta y no intentará comerla, todas las aves que conocía, se la querían comer. Segura de que la Urraca sería diferente, se atrevió a seguir conversando con ella, sin contar con que el pájaro tenía mucha hambre y sin querer sí intentaría comérsela (sin éxito, claro).
La Urraca le comentó que estaba cansada de la lluvia, que sus plumas no logran secarse bien, cosa de la cual Lombriz piensa muy diferente. Las lombrices no tienen pulmones y respiran a través de su cuerpo y siempre debe estar húmedo, así que la humedad siempre les viene bien (pero no mucha, si no, se ahogan).
Luego de su mundana charla e intento de una convertirse almuerzo de otra, la Lombriz le presentará el mejor lugar para comer a Urraca y además, una comida que no ha saboreado nunca y como siempre, la dicharachera lombriz, una vez segura de su amistad, le ofrecerá un chistecito, para seguir pasando la tarde.
Ramón D. Veiga lo hace una vez más en este libro, logrando un lúdica y educativa lectura que van muy unidas a la entretenida gráfica de Iván.
Detalle
Peso | 0,7 kg |
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Dimensiones | 20 × 2 × 27 cm |
Ilustradora - Ilustrador | |
Escritora - Escritor | |
Editorial | |
Cantidad de páginas | 60 |
Tipo de Tapa | Tapa dura |
Dimensiones | 27x20x2 |
ISBN | 9788418821295 |