Los cuentos de Willy

Willy no solo pinta, no solo sueña, también es un voraz lector. Cada vez que atraviesa esa misteriosa puerta, entra en un mundo maravilloso, emocionante, inquietante y extraño que lo atrapa y lo fascina. Siguiendo con la serie de “libros homenaje” que nos invitan a explorar distintas formas de creatividad, en esta ocasión Browne articula con mucha habilidad la tradición literaria de las novelas de aventura, con las nuevas generaciones de lectores que tienen a cada día más variedad de libros. No es fácil presentarle a un niño, por lector que sea, libros complejos o con moralidades anticuadas como Peter Pan o La isla del tesoro, pero lo cierto es que la lectura es un hábito que requiere de entusiasmo y emoción para ser transmitido, y quienes pasamos nuestra infancia perdidos en la isla de caníbales con Robinson Crusoe, o persiguiendo al conejo en el País de las Maravillas, anhelamos poder compartir esa emoción con nuestrxs niñxs y traspasar así el goce del mundo de los libros. En este libro, el autor nos da a penas una probadita de lo que se anticipa como grandes y épicas aventuras, con un lenguaje cercano y surreales ilustraciones, en su estilo meticuloso y divertido de siempre.