Salto

Miquel en una vida fue repartidor de dulces en Costur, de Valencia. Vivía atrasado con las deudas, desordenado y siempre apurada, pero tenía una familia y amigos que lo adoraban. Todo bien, hasta que se dio cuenta que para escribir (era escritor, también) hay que vivir y pensó que lo mejor sería cambiar de vida, dar el salto, volverse escolta, ya saben, cómo Kevin Costner en la película “El guardespaldas”. Solo que Miquel, se transformaría en escolta, en protector de Javier, de 67 años y alcalde en el país Vasco amenazado de muerte por la ETA.

Así es como la nueva vida de Mikel comienza, con un nombre escrito en Vasco, dedicado a escoltar a Javier a donde él quiera beber y pasar sus tardes. Transformándose en la espalda de otro y dándole la espalda a su familia, consumido por el trabajo y convertido en un perro del estado.

Una novela gráfica donde Judith Vanistendael nos cambia el color de la vida, de un radiante amarillo al más oscuro de los negros y que la ilustración de Mark Bellido gráfica con un trazo tan grueso como las alas de un guardaespalda.