Si no te gusta leer, no es culpa tuya

Las librrías siempre estamos en peligro de extinción y la protagonista de este libro no es la excepción y el dueño está buscando una solucón a la falta de clientes. Le pide a su hijo que reúna a sus amig-s, que antes visitaban regularmente la librería, para preguntarles si quieren o no leer y comprar libros. Para su presentación y debate, ha juntado un montón de citas de famosos del mundo de la literatura con la esperanza de que todos se reencanten con la lectura.
El resultado no es el esperado, claro. El va por los tópicos y l-s niñ-s por la fantasía, pero se genera un maravilloso duelo en defenza y contra la lectura.

Y recuerden, la norma es no dar jamás un libro a un o una niña un libro que uno mismo no leería.