Tomar tu mano

Como un salto apresurado de la infancia a la adultez, incluso para su contexto, la protagonista de esta historia es una niña, aunque lo que está viviendo la habite como un disfraz, una obra de teatro sobre madurar y hacer vida. En algún rincón muy verde de El Salvador, una niña espía a los vecinos, que después de mucho tiempo, han vuelto de la vida migrante a ocupar su antigua casa. Una aprensión tajante de parte de sus padres con que no se relacione con la familia recién llegada, la mantiene en tensión, siempre quieriendo ir, hacerles preguntas, conocerles y quitarse de los ojos ese velo de terror que sus padres llevan como vendas en los ojos. Enredada en un juego de cartas de amor, esta niña abandonará sin mucha consciencia su estado infantil, y se embarcará en la vida adulta casi por accidente, llena de preguntas, mitos y adultos embrutecidos que guían sus pasos. Llena de voces que se cruzan sin aviso pero que se suceden en perfecta armonía, la acción y la historia transcurre a través de estas páginas sin que nos demos a penas cuenta, alimentada como el fuego de una fogata por su virtuosa autora. Delicadeza, las palabras exactas, el tono y la crudeza de una literatura que navega rampante hacia otras aguas de la narrativa, abrazando una historia valiosa desde ángulos nuevos y emocionantes.