Tony Ninguno

Una mañana, antes de la función, un hombre árabe llega a merodear los camarines del Gran Circo Garmendia con dos enormes libros antiquísimos -Las mil y una noches- y un niño. El árabe intenta vender los libros a Malaquías Garmendia, jefe del circo, pero no hay dinero, pues acaba de adquirir un león. Angustiado el árabe decide hacer un trueque: los dos libros a cambio de que cuiden del niño por una tarde, mientras él va a otro pueblo a resolver unos “negocios”. Aceptado el trato, no sabía Malaquías que tanto el niño como los libros significarían su ruina y su gloria. Este libro de Andrés Montero es atrapante por muchas razones: los personajes que satelitan la trama son tantos y tan singulares como números tiene un circo. Colándose en las tradiciones de la pista chilena, se abre una intimidad velada desde siempre por el brillo del espectáculo, y se retuercen sus hebras con una historia familiar que tiene todo lo real y lo fantástico que tiene un relato de ilusión, un relato de espectáculo. La protagonista de esta historia, tan bien registrada por la pluma del autor, encuentra en el código de la lectura la magia que salvará su espíritu y el de quienes la rodean, enfundándose cada noche en la imagen de la Sherezade, que prolonga su vida a través de la narración.