Vestido nuevo

En verano, una niña recibió un vestido de regalo, tanto le gustaba que no dudo en dejárselo puesto, para ella no necesitaba ningún cambio y menos lavado.
Pronto llegó el otoño, que hace que las hojas y los vestidos vuelen al viento y también las semillas que los pájaros dejan caer en pleno vuelo, incluso algunas, pueden llegar a alojarse en los bolsillos de vestidos, porque ¿qué lugar es mejor para una semilla?
Tapado por capas pasó el invierno, hasta que pronto llegó la primavera. Las capas se fueron, para mostrar el vestido al buen tiempo, sólo que los brotes de los bolsillos seguían creciendo, seguido un tronco y pronto se alzó a alcanzar más viento, porque ¿quién sabe cuándo crece un árbol o una niña?, es sólo cuestión de tiempo.

Florencia nos lleva en un viaje de crecimiento sin igual. Todo floreciendo a su tiempo, con colores perfectos, que se acompañan con las ilustraciones de Sabina, que nos completa la historia que no nos entrega el texto.